Hace un tiempo, no muy lejano, he comenzado a escribir textos, con la intención de reflexionar sobre ciertas cosas que veo en la sociedad que no me gustan como funcionan, compartiendo con el resto un punto de vista. La difusión que tenían los escritos era, y es, repartir fotocopias en los ámbitos en los que sea posible, publicar en un blog (www.unfuturoparatodos.blogspot.com, que no tiene dueño, pero al mismo tiempo es de todos los que quieran compartir ideas), y, ahora también, se ha presentado la oportunidad de difundirlos en “La Revista de San Andrés de Giles”.
En las ocasiones anteriores, he evitado escribir en primera persona, con la intención de transmitir una idea de grupo, que es como creo que se deben solucionar los problemas, todos juntos. En esta oportunidad, me voy a tomar el atrevimiento de contarle al lector algo que me esta pasando, espero no molestar con ello. También quisiera tratar al que lee como a un amigo, sin la necesidad de conocernos. Si esto no te agrada, perdóname.
No busco que me tengas lástima, ni que te apiades de mí por lo que te voy a contar. Sólo quiero expresar esta angustia que tengo, no sé como sacar esto de mi pecho, por eso recurrí a escribir, para abrirme completamente ante vos, y tal vez así se calme un poco este dolor.
Ya no está conmigo una de las personas que más he respetado y querido, mi abuela. La persona que me enseñó que por más títulos académicos que se tengan, se es mal educado si no se respeta a los que nos rodean. La persona que me mostró con sus actitudes, cuanta más sabia e inteligente puede llegar a ser una persona que no sabe leer ni escribir en comparación con muchos licenciados o doctores. La persona que me enseñó que no hay que dejar que nadie te “pisotee”.
Lo que más me duele de su muerte es todas las oportunidades que perdí de darle un abrazo, un beso, o una caricia. Soy conciente de que eso ya no se puede revertir con ella, pero sí, mi amigo/a, podemos querernos más y demostrar ese cariño más seguido entre los que aún estamos con vida, y recordar con cariño a los que fueron importantes en nuestras vidas. Creo que tenemos que dejar de darle tanta importancia a cosas que no la tienen, y valorar más esas cosas, que consideramos pequeñas, pero que sin embargo hay en ellas más importancia que en nada.
Te doy las gracias por haberme dejado estar con vos, aunque sea a través de este texto, ya no se me ocurre que más contarte de ella, ni que más decirte de cómo me siento, además se me complica escribir porque se me nubla la vista. Gracias de nuevo, y perdón si te molesto.
En las ocasiones anteriores, he evitado escribir en primera persona, con la intención de transmitir una idea de grupo, que es como creo que se deben solucionar los problemas, todos juntos. En esta oportunidad, me voy a tomar el atrevimiento de contarle al lector algo que me esta pasando, espero no molestar con ello. También quisiera tratar al que lee como a un amigo, sin la necesidad de conocernos. Si esto no te agrada, perdóname.
No busco que me tengas lástima, ni que te apiades de mí por lo que te voy a contar. Sólo quiero expresar esta angustia que tengo, no sé como sacar esto de mi pecho, por eso recurrí a escribir, para abrirme completamente ante vos, y tal vez así se calme un poco este dolor.
Ya no está conmigo una de las personas que más he respetado y querido, mi abuela. La persona que me enseñó que por más títulos académicos que se tengan, se es mal educado si no se respeta a los que nos rodean. La persona que me mostró con sus actitudes, cuanta más sabia e inteligente puede llegar a ser una persona que no sabe leer ni escribir en comparación con muchos licenciados o doctores. La persona que me enseñó que no hay que dejar que nadie te “pisotee”.
Lo que más me duele de su muerte es todas las oportunidades que perdí de darle un abrazo, un beso, o una caricia. Soy conciente de que eso ya no se puede revertir con ella, pero sí, mi amigo/a, podemos querernos más y demostrar ese cariño más seguido entre los que aún estamos con vida, y recordar con cariño a los que fueron importantes en nuestras vidas. Creo que tenemos que dejar de darle tanta importancia a cosas que no la tienen, y valorar más esas cosas, que consideramos pequeñas, pero que sin embargo hay en ellas más importancia que en nada.
Te doy las gracias por haberme dejado estar con vos, aunque sea a través de este texto, ya no se me ocurre que más contarte de ella, ni que más decirte de cómo me siento, además se me complica escribir porque se me nubla la vista. Gracias de nuevo, y perdón si te molesto.
Juan Nazareno Ferreyra
1 comentario:
Ojala todos podramos dejar de preocuparnos por aquello insignificante y empezar a tener en cuentas las cosas realmente importantes. Yo creo que hay que decir y hacer todo lo que uno siente como si fuera el ultimo dia,haci no nos quedamos con eso adentro...
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